FORMAS CLÍNICAS Y LESIONES

Los signos varían dependiendo principalmente de la patogénesis de la enfermedad. En el caso de animales con infección hiperaguda, la muerte se produce a las pocas horas de la aparición de los primeros síntomas, aunque no es raro encontrar animales muertos sin ningún tipo de sintomatología previa.


En las formas agudas de la infección por Streptococcus suis, es constante la aparición de un síndrome febril inicial, de intensidad variable, y que puede llegar hasta los 42°C, además de un estado de depresión, anorexia y laxitud, seguido de la aparición de signos, entre los que se pueden presentar uno o varios de los siguientes: ataxia, posturas anormales (opistótonos), ceguera, artritis, eritema, aborto y parálisis, pudiéndose observar frecuentemente decúbitos laterales con movimientos de pedaleo o pataleo.

 

La muerte del animal afectado tiene lugar en 24-48 horas. En el curso crónico de la enfermedad pueden hacerse aparentes signos nerviosos residuales. Cuando se produce un brote, a menudo se pueden encontrar múltiples serotipos dentro de una misma explotación, no pudiéndose detectar diferencias en la sintomatología presentada por los animales infectados por un serotipo de aquellos afectados por otro distinto.

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En brotes hiperagudos, con frecuencia el único signo detectable es la aparición de animales muertos de forma súbita.

 

Meningitis: animal con parálisis. Los animales enfermos pueden ser la fuente de infección de los animales del lote vecino.


Meningitis: marcada congestión con zonas hemorrágicas y aspecto brillante de toda la masa encefálica, debido a la existencia de edema.

 

En las infecciones por S. suis las lesiones dependen de la duración de la infección y de la distribución tisular de la bacteria.
No obstante, las lesiones macroscópicas pueden ser mínimas o incluso inexistentes. En las meningitis causadas por S. suis se observa una marcada congestión tanto de cerebro como de meninges y, frecuentemente, zonas hemorrágicas y aspecto brillante de toda la masa encefálica, debido a la existencia de edema cerebral. Microscópicamente, las lesiones se corresponden a una meningitis fibrinopurulenta y encefalitis purulenta focal, ésta última en áreas próximas a meninges y localizadas en la vecindad de los vasos que la penetran. En las meninges se pueden observar fenómenos hiperémicos muy marcados, sobre todo en leptomeninges, así como un infiltrado abundante, rico en células (principalmente polimorfonucleares neutrófilos), entre las que aparecen pequeñas redes de fibrina y, en algunas zonas, un marcado edema. En cerebro existe una hiperemia generalizada y un ligero infiltrado perivascular, de la misma naturaleza que el observado en meninges. Se puede observar bacterias intracelulares en el epitelio del plexo coroideo y en monocitos de sangre periférica y, ocasionalmente, en las células inflamatorias del fluido cerebroespinal.


Meningitis: encefalitis focal perivascular.

 

Meningitis: manguitos perivasculares con infiltrado de células mononucleares.


Artritis: la tumefacción de las articulaciones no siempre es fácilmente detectable.

 

Artritis: marcada tumefacción articular unilateral.


Endocarditis valvular.

 

Neumonía mixta por S. suis y Pasteurella multocida.

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