Rodríguez
Ferry, F., Barceló,
J. y Sánchez-Vizcaíno, J.M.
| El
H. parasuis se transmite de forma directa, por contacto,
o indirectamente a través de la vía aerógena,
aunque la capacidad de difusión puede alcanzar alguna
distancia vehiculado por el aire. Se ha establecido que
el proceso comenzaría con la presencia, como comensal,
de H. parasuis en las fosas nasales. Ocasionalmente,
desde allí, podría pasar al oido y producir
otitis media, aunque por otro camino, la entrada supondría,
de comienzo, un proceso derivado de faringitis y sinusitis,
primer paso para la neumonía. Un segundo estadio
de penetración, con el microorganismo en sangre (septicemia)
supondría, o bien la muerte del animal, o bien la
colonización de serosas con producción de
los cuadros típicos de meningitis y encefalitis,
poliserositis (ambos casos, por lo general, terminan
también en la muerte del animal), abortos y poliartritis.
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| Al
contrario que A. pleuropneumoniae, este microorganismo
coloniza preferentemente la cavidad nasal y la traquea,
pero no las tonsilas. Cualquier tipo de daño
a nivel de la mucosa nasal, facilita extraordinariamente
la invasión aunque no se conocen los factores que
se implican en la misma. |
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